Las pólizas de automóvil, en ocasiones con la colaboración del taller, concentran la mayor parte de las tentativas de fraude a las aseguradoras
Written on 10:52 by Claim Master
Más de 65.000 españoles, informa La Razón, fueron descubiertos el año pasado en su intento de defraudar a las aseguradoras, una cifra que hubiese supuesto el pago de más de 233 millones de euros de no haber sido detectados. Así lo refleja la estadística de lucha contra el fraude que realiza la sociedad de Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (ICEA) cuyos datos se basan en las estafas reportadas por las compañías aseguradoras que facturan el 70 por ciento del mercado del sector en España.
En un tiempo en el que todo es susceptible de asegurarse y una sociedad en la que el 90 por ciento de la población tiene algún tipo de póliza, son muchos los que piensan que ya han pagado demasiado y que es hora de recuperar el dinero invertido inventando alguna desgracia.
La manera más habitual de timar a las aseguradoras consiste, tal y como se define en el argot del gremio de este sector, en "hinchar el perro", explica José María Olazábal, director de Programas y Formación de ICEA. "En muchas ocasiones, el asegurado infla en sus reclamaciones el parte de daños, agranda, omite o modifica las circunstancias del siniestro o simula de forma artificiosa lesiones graves en un accidente". También abundan los clientes que contratan pólizas "después de haber tenido un accidente, que falsean el conductor habitual para evitar recargos o que ocultan una enfermedad preexistente en los seguros sanitarios contratados".
Algunos individuos convierten el fraude en una forma de vida. Célebre es el caso de un joven que pasaba apuros económicos y que llegó a presentar en dos años hasta 75 reclamaciones a 11 aseguradoras diferentes por accidentes domésticos y robos. La persistente mala suerte del cliente creó desconfianza entre las aseguradoras, que recurrieron a un detective privado que aportó pruebas en las que se ponía de relieve la falsedad de los hechos.
Otros timadores de seguros llegan incluso a automutilarse partes del cuerpo para poder cobrar una indemnización. Esta última acción fue la sangrienta y macabra artimaña que utilizó un hombre que pretendió embolsarse 200.000 euros a costa de perder intencionadamente dos dedos de una mano. Un engaño temerario que le supuso seis meses de prisión por delito de estafa después de que un tribunal declarara nulas las cuatro pólizas que había suscrito con cuatro aseguradoras ante las que alegó que había sufrido un "accidente involuntario mientras despiezaba un cabrito".
La pólizas de automóvil concentran la mayoría de los fraudes a las aseguradoras
Como desvela el estudio de la sociedad ICEA, las pólizas de automóviles concentran el mayor porcentaje de tentativas de fraude por parte de los españoles. "Al ser un seguro obligatorio, al existir un gran parque de vehículos en constante movimiento y al tener las coberturas más grandes por lesiones a personas, en estas pólizas se detectan el 80 por ciento de los intentos de estafa", explica Olazábal.
Es conocido entre el gremio de las aseguradoras el proceso de un señor que simuló la rotura de su hombro tras un accidente de tráfico. Las reiteradas radiografías que se le hicieron demostraban que, efectivamente, el hombro estaba fuera de sitio. Sin embargo, las siete pólizas que tenía contratadas y de las que cobró importantes cifras de dinero hicieron sospechar a las compañías. Finalmente, éstas lograron descubrir que se trataba de "una rotura no consolidada de húmero" que su cliente arrastraba desde la juventud.
Otros de los fraudes más habituales se registran en «seguros de daños a las cosas, como pólizas de hogar, de comercios, de comunidades de vecinos y de transportes», expone Olozábal. Éstos representan el 17 por ciento de los casos. "Hay asegurados que declaran el robo de todo el mobiliario de su domicilio y luego se demuestra que unos días antes el individuo encargó una mudanza".
Se han detectado casos en los que los clientes de las pólizas han denunciado robos en su propio comercio: "A través de un butrón, algunos tomadores han declarado siniestros en sus comercios cuando después se ha demostrado que del agujero realizado no era posible sacar el material".
Negligencias del taller mecánico
Otra modalidad es la relacionada con el seguro de responsabilidad civil de las personas mediante el cual se cubren las posibles negligencias que pudiesen surgir en el ejercicio de la profesión. "Éstas surgen en todos los gremios: abogados, médicos, mecánicos... que aseguran que han actuado incorrectamente para beneficiar a un tercero". Por ejemplo, el dueño de un taller de coches tiene un familiar o amigo que ha sufrido un golpe mientras conducía y el mecánico dice que fue a raíz de una reparación defectuosa que se le hizo en el taller.
En último lugar aparecen los seguros personales, de vida, de accidente y de salud, en los que se detectan un dos por ciento de fraudes. Más de 1.000 españoles fingieron el año pasado enfermedades y diversos grados de invalidez que no tenían. De éstos, 204 simularon su propia muerte. En este apartado, expone Olazábal, "el de asistencia sanitaria es el que más riesgo de fraude tiene ya que a la hora de contratarlo el asegurador debe informar de si padece una enfermedad y es frecuente que se omitan datos". "Los médicos pueden diagnosticar con facilidad si la enfermedad que padece el afectado es anterior o no a la fecha de contratación de la póliza", aclara
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